Era como un ejército sobre Tlalpan. El pelotón de los sombrerudos empezó desde las 10 de la mañana. Es el ejército verde que viene con la ilusión de ganar en lo que hasta hace cinco años podríamos presumir que éramos mejor que ellos, en el futbol.
Los aficionados mexicanos llegaron al Coloso de Santa Úrsula desde las 10 de la mañana. Compraron su playera, su bandera y se pintaron la cara. El equipo de guerra estaba listo. En punto de las 12:15 minutos las puertas se abrieron y para la hora ya había casi medio estadio.
La expectación del partido llegó a convocar a más de 100 medios de comunicación, de los cuales al menos 10 eran de los Estados Unidos. USToday, Chicago Tribune, Washington Post.
Los patrocinadores vieron en este duelo la oportunidad de hacer su “agosto”. Adidas vende las playeras, Coca-Cola sus productos a las afueras y adentro del inmueble, Movistar hace promoción de sus artículos y Banamex promociona su tarjeta de la Selección en los stands. El palco de prensa está repleto y al menos ingresaron 80 cámaras de televisión.
Televisa y TV Azteca, dueños de los derechos de TV del Tri iniciaron sus transmisiones a las 7 de la mañana. La tribuna empieza a realizar su tarea, abuchea a cada aficionado de Estados Unidos que se le atraviesa en las gradas o en los pasillos. El otro partido ya inició.
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